Respecto a la pregunta de si somos lo que somos…

¿De qué mirada dependemos? La nuestra, la de nuestros padres, la de nuestra pareja, nuestros hijos…¿Quiénes somos? ¿Y quien de todos ellos queremos ser?

Creo, mientras escribo que hablo de cómo definirnos también «Quien y cómo soy yo y qué pretendo de mí».

Cuando hablamos de sincerarnos, hablamos de pretender ser lo más autónomos y auténticos posible en nuestro pensamiento. Lo cual no implica que no hayamos sido influenciados, claro que lo fuimos y eso está bien, en parte.

Y ser autónomos y auténticos implica despejar x (equis) en términos matemáticos. Quitar influencias de nuestra negación por ejemplo. Esto requiere enfrentar la angustia.

Cómo se dónde voy si no sé que pretendo de mí.

Cómo puedo guiar mi voluntad hacia algún sitio.

Cómo despejar la x que implica los ¿errores? que vengo acumulando hace años, quizás haciendo cosas que no me gustan, o no me colman, e inclusive implican a otros, muchas veces haciéndoles creer que son parte nuestra… ¿Qué lío no?

Puse ¿Errores? entre signos de interrogación porque no se puede considerar un error, cuando uno hizo lo que pudo en determinado momento y circunstancia, pero no encuentro una sola palabra que defina un desvío en nuestra autenticidad. Pero cuando esa pregunta comienza a agobiar, quizás sí es hora de meterse a buscar. La culpa no es amiga de la inteligencia. Por allí no conviene. Tampoco, no responsabilizarse de nada. Culparse no es igual a responsabilizarse.

Vieron que se preguntan «cuál es el camino de la felicidad», qué satisfacción verídica pueden obtener sin saber esto.

Entonces cuando alguien se planta frente a mí por primera vez pretendiendo entender qué le pasa, comenzamos despejando x. De a poco, al ritmo que puede. Desde lo médico quizás es más drástico, a veces no queda otra porque son interferencias masivas y a gran escala. «Cirugía mayor» usando una metáfora de mi querido psicoanalista.

Ante la pregunta hipotética de si somos lo que somos. «Sí claro», es la respuesta. Pero podríamos no estar mostrándonos tal cuál somos, o quizás sospecharlo o estar encaminados a serlo. Para aquellos intrépidos que lo lograron, congratulations!! Por ser quienes quisieron ser, intentando no llevarse mucha gente puesta y siendo respetuosos por las consecuencias de sus errores.

Nicolás Salgado.

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Contar con…!

Qué es la contención afectiva o la contención verbal que escribimos los psiquiatras.
Es «contar con» un otro o el otro*. Es poder ser auténtico con alguien. Muchas situaciones de la vida son sostenidas como escenas en las cuales debemos estar para..
algo, sostenernos, divertirnos, esquivar la muerte. Pero con los que vamos hacia la muerte son aquellas personas con las que podemos contar. Que no siempre son estables en nuestra vida. Es decir no siempre son un equipo estable, pueden variar, ir y venir. Rotar. Pero suelen ser pocas. No todos estamos para todos. Pero sí algunos solemos estar para más en algún tipo de afán dador de escucha. O con más recursos para tolerar no ser escuchados y/o hacernos escuchar.
Saber encontrar estas personas con las que podemos contar es muy importante. Porque se tarda a veces.. No son «los padres» o «les pamadres (sonó francés) o pareja parental». De hecho a veces suele ser una trampa cuando se nace en familias narcisistas o perversas o, o, o…
Encuentro algo de esto en adolescentes de hoy. Pero es una percepción mía..
Aclaro q el concepto de «contar con» si bien lo comprendí y estoy tratando de explicarlo, no me pertenece. Es de Jorge García Badaracco. (O yo lo conocí de él) Un gran psiquiatra psicoanalista, padre, abuelo, y tantas otras cosas que supo saber ser este señor de mucha generosidad discursiva y afectiva.
Espero q tengan un quien para contar con.. que en fin, es un acto de amor y bondad y calidad de escucha. Que dicho sea de paso los psiquiatras o el mundo psi debería considerar entrenar siempre.

Nicolás Salgado

*Lejos de estar hablando de Lacan, o al menos creerme lejos de él si es que no lo sé y estoy algo cerca, porque no se hace entender el Don Lacan.

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Bulling

El bulling empieza por casa
El hostigamiento es aprendido.
El bulling es machismo, es gordofobia, es la discriminación al pobre, es a ser «feo», o a ser distinto y salir de la norma, a ser estudioso, el no pertenecer a la masa.
El bulling es envidia, envidiamos más de lo que admiramos.
Algunos bullings han bajado. El bulling al puto, porque se aceptó al puto. El cuatro ojos, porque muchos más chicos usan anteojos desde temprano. Los braquets por lo mismo.
Piensen en carrusel o jacinta pichimauida; todas las representaciones del bulling juntas.
Que no haya bulling es aceptarnos.
Y aceptar lo que son nuestros hijos más allá de nuestro ideal.
Eso es no hacer bulling.

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Sobre la consulta a un psiquiatra

Qué esperar de un psiquiatra.

Luego de haber deducido que mi necesidad requiere una asistencia profesional y es de carácter patológico y requiere de cierta premura en su solución y no se me va con palabras dentro de un vínculo, inclusive terapéutico, acudimos a un psiquiatra.

A veces somos llevados, pero también vale.

Psiquiatra es aquel profesional médico especializado en la evaluación, prevención, diagnóstico y tratamiento de patologías mentales.

Pero en ansiedadesclinicas no hablamos sobre lo que ya se sabe en general y pueden encontrar fácilmente en la web.

Lo que me refiero es al conglomerado de pensamientos que se presentan cuando llegamos a la definición que acabo de dar. Es decir cuando se toma la decisión de llamar o acudir a un psiquiatra.

En muchas ocasiones la vergüenza hace al miedo. Las sociedades occidentales siguen viendo, si bien cada vez menos, a la persona que acude a un psiquiatra de una manera por lo menos «desconfiada»o «prejuiciosa».

A veces la falta de conocimiento tanto de las funciones de nuestra especialidad médica, como de la sintomatología asociada inciden.

En otras, las resistencias que puede generar el dolor o la angustia tan sólo de pensar en que pueda tener una patología.

Además la historia de la evolución médica en nuestra especialidad, también se ha ganado sus terrores. Sea los baños de agua caliente o agua fría, el electroshock mal utilizado, las sangrías, los medicamentos antiguos y un poco los actuales. Así como la imagen de un psiquiatra por lo general mayor en edad, con barba y relativamente sádico. Son imágenes que debemos desgastar en la memoria colectiva a través de buenos quehaceres profesionales y creciente sana investigación.

El médico debe «alojar» al paciente. Es un término complejo y devenido del psicoanálisis pero que se comprende bien en recibir adecuadamente dentro de un «encuadre» de la consulta y lograr adquirir el nivel necesario de «empatía» como para que el paciente llegue «cómodo»por así decirlo a encontrarse frente a él y poder confiar. Comprendiendo que no lo conoce y debe poder contar con él.

Quiero decir que nosotros por lo general sabemos algo del paciente inclusive antes de hablar. Desde cómo fue la comunicación para pedir el turno, hasta cómo llega, la postura, forma de caminar, gestos etc. Lo que llamamos en semiología «presentación».

Además y puede sonar descortés, existe un común denominador en la consulta entre diferentes pacientes que no los hace ser exclusivamente únicos, aunque sí lo son en los detalles importantes, que permiten que a través de la investigación sobre lo que nos sucede como individuos, sociedades o biologías andando exista una medicina que tenga acuerdos y evolucione. Esto es un apoyo básico del médico para poder realizar diagnósticos y adecuado tratamiento. Pero es en los detalles dónde existe la diferencia entre los profesionales y que si bien hace a la formación, también nos muestra como personas detrás de un mostrador (como imagen generalizada de un consultorio por ejemplo) en plena evolución y talladas por múltiples variables.

Esta característica que podrían decir atañe a los que ejercemos carreras humanitarias. Dentro del marco de la salud, la salud mental es un refugio de mayor interés en estas cuestiones. Y debería ser de consideración dentro de otras especialidades si bien ejercer con el alto conocimiento requerido que se exige además se deba considerar la asistencia psiquiátrica, creo que es demasiado. No por ello se debe dejar de lado la evaluación de la necesidad de una correcta derivación o interconsulta.

Más allá de esto último, quiero decir que me preocupa la patologización del dolor o la alteración de la conducta a niveles leves. Y rescato lo escrito previamente respecto a contar con el otro. Alguien de verdad. Que exista para nosotros y que se movilice asertiva y equilibradamente por nosotros y viceversa.

Esto puede ser un síntoma social de falta de tolerancia al otro o una resistencia a la identificación con el dolor del otro o de una falta de responsabilización hacia nosotros sobre lo que generamos.

Bueno esto tiene mucho que ver.

Entonces como resumen:

  • Perder los prejuicios.
  • Considerarse falible
  • Animarse al cambio
  • «Ser paciente» (pero sólo un poco)
  • Dejar algo por el otro.
  • Responsabilizarse de lo que corresponde.
  • Confiar con cautela.

Seguiré hablando Sobre la consulta al psiquiatra en otros apartados.

Gracias!! por leer y seguir Ansiedadesclinicas.com

Dr. Nicolás Salgado

 

 

 

 

 

 

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Una forma de caer…

Cae rotundamente con su plumaje olvidado

Cae rotundamente con la sensación pendiente de mis manos

Cae y lo preciso,

sus ojos yerguen

la vida animal y mi conciencia, logran asirse en un impulso.

Pasajero.

Aquí guardo mi paloma herida,

hago tus ojos por siempre eternos

y me desprendo del dolor de tu muerte.

Impávido el rostro,

sorprendida viste tu partida sin pedazos de cultura,

sin cajones a la vista, sin nadie que te llore.

Otra paloma desde lo alto

luce esbelta e innominada.

No sabe del sitio en que está anidada.

Sabe de volar.

De eso se trata.

Nicolás Salgado.

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