Cae rotundamente con su plumaje olvidado
Cae rotundamente con la sensación pendiente de mis manos
Cae y lo preciso,
sus ojos yerguen
la vida animal y mi conciencia, logran asirse en un impulso.
Pasajero.
Aquí guardo mi paloma herida,
hago tus ojos por siempre eternos
y me desprendo del dolor de tu muerte.
Impávido el rostro,
sorprendida viste tu partida sin pedazos de cultura,
sin cajones a la vista, sin nadie que te llore.
Otra paloma desde lo alto
luce esbelta e innominada.
No sabe del sitio en que está anidada.
Sabe de volar.
De eso se trata.
Nicolás Salgado.